24 de marzo de 2012

Una alérgica hablando sobre flores.

Recuerdo perfectamente como me sentía hace aproximadamente algo mas de un año, mi cuerpo era puro nervio y mis uñas estaban agotadas. Reconozco que actualmente también me pasa, aunque se vuelve más protagonista la sensación de enfado ante el menú. Detallando me saca de mis casillas el hecho de sentirme como un segundo plato para lo que para mi es el aperitivo. El orgullo me puede, y pasas de aperitivo a ser digestión. Se avecina tormenta y  me quitas las ganas de besar bajo la lluvia.
¿Acaso la solución es tragar ? Tal vez.
En mi caso no tragare, porque tengo el estomago inundado.
Me niego a ser la opción de quien me tendría que ver como prioridad. 
Me voy a independizar respecto al tema "corazón" ya que la paciencia al igual que el amor, llega a un límite que ya ha sido traspasado. Necesito desahogarme y con ello asimilar todo. Si me quiere o no, no depende de margaritas ni de ningún tipo de flor, me doy cuenta que de todo el jardín me he enamorado del capullo, no de la flor ni de su esencia .

El capullo acaba abriéndose, cuando ve la tijera en mano. La esencia acaba mareandote de amor y haciéndote olvidar todo lo anterior. Pasas de ver crisantemos a rosas rojas. Todo va bien, pero recuerda que la tormenta siempre vuelve y que las flores necesitan agua para sobrevivir



4 comentarios:

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