25 de marzo de 2012

No existe un título para esto.

Sentir miles de sentimientos en el pecho y atragantados en la garganta es lo peor. No puedo plasmar en el folio tanto sentimiento, ni en el folio ni en ningún sitio. Quien lo vive, sabe de lo que hablo. 

Pensó que reconocería al amor de su vida en el momento en el que al imaginar su boda girase la cabeza y él estuviese sonriendo y alumbrando el altar con el brillo de sus ojos. La imaginación la traicionó en el momento en el que él pronuncio las palabras que ella nunca imagino de su boca.Allí estaban sentados en su banco, miradas inquietas e indecisas, todo se sabia se trataba de una despedida, un viaje, una maleta en la que no entraban 54 kg ni un corazón. Era un hasta siempre, un gracias y una carrera entre lágrimas por las mejillas de amapolas, era lluvia en los ojos de cielo y añoranza en la boca de piñón. No hubo un sello entre sus labios que certificara su historia, que verificase su recuerdo. El reencuentro fue lo peor, el amor había llamado a la puerta pero al abrirla no había nadie, solo una carta en el felpudo que decía : te quise, te quiero y te querré.

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