Hay heridas, que por mucho que las cures no cicatrizan; son de esas de las que no se secan y que se mantienen abiertas con eso a lo que yo llamo recuerdos, ese veneno que actúa en mente y alma, que te hace volver a vivir tu historia una vez tras otra dejándote en un pasado sin presente. Puede que este veneno sea contagioso y no nos afecte individualmente, tal vez afecte al resto más de lo que pensamos.
Puede que los vulnerables no seamos solo nosotros mismos...
Cicatrices incurables en el alma, el corazón, la mirada y la sonrisa.
ResponderEliminarMe esperaba una parrafada, pero aún así me gusta Ana. :)