Le gustaba sentarse junto a la ventana, al lado del radiador, mientras leía algún libro de amor, las gotas de la ventana acompasaban cada párrafo que le dejaban huella. Acabo queriendo vivir la misma historia, solo que con distintos nombres ... el suyo y el de él.
Què tierno *.*
ResponderEliminarTe sigo, un besito ♥
Me encanta la entrada :)
ResponderEliminarPRECIOSA!
pasate por el mio.
Un beesitoo!